domingo, 22 de agosto de 2010

Legalicen La Chotta

Me desperté como todas las mañanas bien temprano, apenas sale el sol ( orden de EL), y me dispuse a desayunar, como siempre, mate amargo con tostadas untadas con manteca. Tengo la suerte de tener un rato de intimidad ya que donde vivo, es una casita separada de la finca. Mientras pongo a tostar el pan, caliento el agua, dejo hinchar la yerba y enciendo la radio rogando poder sintonizar alguna radio de am de buenos aires.

Cuando termine de desayunar, espere como siempre que Don Fernando ingrese a mi morada sin tocar la puerta y sin permiso.

Pero eso no ocurrió. Aproveche para poner en orden mis notas, ordenar mi casa e intentar poner en orden cronológico todas las historias que EL me cuenta, ya que confunde muchisimo las fechas de los acontecimientos.

Cuando llego el mediodía me empecé a preocupar. No toque a su puerta, ya que odia que lo interrumpan, cualquiera sea su actividad.

Decidí relajarme, tome mi equipo de mate, pan de campo, longaniza casera , queso de cabra y decidí pasear por el monte, cosa que nunca había hecho en 7 meses.

Cuando llegue a un punto que ya no se podía ver la finca, puse un manta en el piso,y me dispuse a degustar esta comida imposible de encontrar en la ciudad. Luego de semejante ingesta, me acosté a leer un libro que Don Fernando tenia en su inmensa biblioteca, de casualidad, también es feviente lector de policiales y para mi suerte, tiene la obra completa de Ross Mac donald, mi autor preferido de novelas policiales.

En solo 4 horas termine el libro. Siempre después de leer necesito tranqulidad y paz para poder volver de los lugares y situaciones que el autor me transporta. Mire mi reloj y , para mi sorpresa, ya eran las 7 de la tarde. Totalmente inconsciente de los peligros del monte, me dispuse a tomar mis cosas y volver a la finca.

Cuando tranquilamente emprendía mi regreso, detrás del monte empiezo a escuchar unos ruidos extraños, primero pensé que era una liebre, luego descubrí un par de cuernos detrás de un inmenso árbol, un mugido ensordecedor, y unos golpes secos a la tierra. Mi reacción, muy lenta, fue de soltar mis cosas y empezar a correr, algo que parecía inútil ya que el toro lo tenia a 5 metros. Ya resignado, cuerpo a tierra en posición fetal, empecé a sollozar y rogar que no me lastime. Pero nada sucedió. Solo sentía su respiracion fuerte en mi nuca, pero ninguna agresión física. Levante la vista, vi su cara frente a la mía, me puse de pie rápidamente y me quede mirando sin entender. Mas tranquilo, me di cuenta que el toro estaba encadenado. Con mucho cuidado rompí la cadena con un tronco grueso y lo deje ir. ! Que extraño¡ pensé. En la finca no hay toros ni vacas, solo cabras. Mi cabeza, por alguna razón, funcionaba de forma lenta. Y solo me dispuse a reír, meditando que la situación había sido demasiada extraña. Un kilómetro mas adelante, volviendo a la finca, empecé a notar unos ruidos latosos, que a medida que me acercaba, los notaba mas fuerte. Cuando el ruido era estruendoso, note que había alrededor de 500 personas golpeando cacerolas con letreros y cánticos que decían lo mismo: "Somos actores queremos actuar, pasa la vida quedan los artistas"

Detrás mio escucho una mujer que  me dice: " 50 pesos la media hora bombón"

un muchacho bastante desalineado: " e amego ¿una moneda? "

Y una neohippie: " ¿ Sabes donde pegar faso?



Sintiendo mi cabeza bastante pesada, observe la situación de la multitud cantando y protestando a la nada misma.

Y sentí un cortocircuito en mi mente, corrí hasta la finca con todo mi potencial, ingrese súbitamente sin pedir permiso y sin golpear a la finca de Don Fernando de la Chotta, me tropecé con el hurón que tiene de mascota, y me golpee la cabeza contra el combinado antiguo de la sala. Tarde mas o menos 10 segundos en enfocar mi mente cuando lo veo a El, en el piso con la bata abierta (siempre me desagrado esa costumbre) ahogarse en su risa incontenible.

No lo podía creer. ! Fue obra de este sadico¡. Cuando por fin iba a increparlo y mandarlo a la mierda, me dice: "¿Que tal el mate? ¿ Viste como pega? jajajaa te puse marihuana en la yerba, jajaja".

Sin dejarme abrir la boca me dijo con otro semblante y seriamente. " Vestite, hace una valija para una semana, que nos vamos a la ciudad". Mientras intentaba entender toda la situación, me alcanzo una cazuela con un riquismo guiso de lentejas. Rendido, solo me dispuse a comer.

Dedidcado a un hermano de la vida, Juan Manuel Righetti, alias Poroto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario